Esta semana leí un reportaje muy interesante, no me sorprende en absoluto por otra parte, sobre como los medicamentos se sacan al mercado con toda una serie de engaños y estrategias de marketing, dejando totalmente a un lado la evidencia científica en la que debieran basarse y por supuesto comercializarse. Es más fácil sacar al mercado una pastilla que un producto alimenticio ecológico.
Estamos en un penoso sistema sanitario en el que la medicina se basa en el negocio más que en la ciencia y eso, no lo olvidemos, está “matando” a gente.
Glen Spielmans, investigador del departamento de Psicología de la Universidad Estatal Metropolitana de Minnesota (EEUU), acaba de publicar un trabajo basado en documentos internos de la industria farmacéutica que revelan cómo ésta suprime de manera habitual los datos negativos de los ensayos que realiza, como se “inventan” enfermedades para ganar mercado a medicamentos que no han sido probados para esas nuevas patologías, como los “estudios y trabajos” se hacen a petición y después se firman – cobrando por sus servicios grandes sumas de dinero personajes de prestigio médico e investigador.
Lo que busca la farmacéutica es siempre convertir medicamentos ineficaces y/o peligrosos en superventas.
Y todo esto qué castigo tiene?, pues sale siempre muy rentable arriesgarse. De las sentencias condenatorias que salen (por desgracia más en EEUU que en Europa) nunca va nadie a la cárcel y las sumas de dinero a pagar son siempre calderilla para las empresas farmacéuticas en comparación con las ganancias obtenidas en tales prácticas. Un ejemplo, lo que Pfizer ha pagado en sanciones por distintos fármacos recetados para usos no aprobados desde 2004 representa poco más de un 1% de sus ingresos entre 2004 y 2008 que se calcula fueron de 245.000 millones!!!
Hasta aquí nuestros gobernantes deberían de tomar nota, lo malo es que muchos de ellos resulta que están vinculados de alguna manera a las empresas y laboratorios que llevan a cabo todo este negocio.
Y de parte de los ciudadanos convendría que nos concienciásemos de lo que significa tomar pastillas, quizá el hecho de que nos salgan “gratis” nos hace ser irresponsables a la hora de tomarlas. Pero debemos de pensar antes si no habrá alternativa para nuestro mal, empezando por la prevención, es de risa lo que se invierte en prevención. Los medicamentos son casi siempre un arma que apaga un fuego pero SIEMPRE enciende otro. Los efectos secundarios son siempre una lista más larga que la de beneficios. Algo que no ocurre con terapias alternativas, que los médicos, por algo será, no quieren que se incluyan en la seguridad social. La medicina ataca siempre los síntomas pero ¿no nos gustaría saber antes de tomar una aspirina para el dolor de cabeza, por qué nos duele?. Mañana volverá a dolernos y nos volveremos a tomar otra, y seguirá doliendo. La gente no acude al homeópata porque tiene que pagarlo pero no se da cuenta de que la farmacéutica la pagamos todos con impuestos y además nos están envenenando, y a la larga, matando.
Nuestro sistema sanitario debería de DEPURARSE y actuar de forma más humana. Actuar de forma coordinada con alternativas más sanas y sobre todo EFICACES Y BARATAS. Se ahorraría muchísimo dinero y sobre todo la gente sería más SANA y FELIZ. Pero claro, se me olvida que detrás de toda esa mentira está el EURO. Es una pena porque sólo así se podría hablar de un sistema sanitario público de calidad, por el que yo y mucha gente luchamos. Tenemos unos médicos (en general con muy buena intención y criterio) de la ENFERMEDAD en lugar de la SALUD.
Para la gente interesada en el tema tiene una buena fuente de información en la revista DISCOVERY SALUD, cuya web es la www.dsalud.com
saludos.