Por supuesto nadie cree en la tregua de ETA. Es curioso que repita en 6 años con Zapatero la misma estrategia cosa que no ocurrió en 14 con Felipe González o en 8 con Aznar.
El motivo es claro, ETA está moribunda (cuidado con los coletazos) y está buscando una rendición "digna". Y como lleva tiempo sin poder matar, hace de la necesidad virtud, y declara, cosa inaudita un alto el fuego con carácter retroactivo.
Contra lo que muchos piensen, la estrategia de Zapatero dio resultado. Primero se intentó una solución pacifica (sin bajar la guardia policial). Fracasó, y mano dura dentro de la ley hasta la derrota terrorista. Y ahora ETA ya no es ni su sombra.
La pregunta es, ¿qué tiene que hacer el gobierno ahora? Por supuesto, diremos todos, no negociar. Pero tampoco nadie debe de escandalizarse si se mantienen "contactos discretos”. Nos guste o no, para lograr la paz habrá que acordar al menos donde y como se entregan las armas. Y aunque sea menos de lo que pudo haber sido, y descartando por supuesto cualquier cesión política (autodeterminación, referéndum... que caben en la democracia, pero nunca por presión terrorista si no por la decisión madura de los ciudadanos) si es posible y necesario ciertas contrapartidas penitenciarias. Acercamiento al lugar de residencia (igual que cualquier delincuente común) y una cierta generosidad controlada en terceros grados o indultos después de un tiempo y según delitos. Porque, aunque ellos hablen de iniciar un proceso democrático, debemos dejar claro que el proceso democrático empezó en el trienio 1976-1978 y ya ni siquiera necesita profundizarse. Y es tan grande que hasta puede permitirse ser generoso en la integración de los fascistas de ETA como lo fue con los de Franco.
Rafa Castillo.