Desde tiempos remotos las castañas fueron uno de los pilares de la alimentación del Caurel, para ello tenían que buscar la manera de poder conservar las castañas para consumirlas todo el año y con el tiempo fueron perfeccionando la técnica, una técnica sencilla y fácil de hacer a las gentes de estas tierras, la forma era y es:
Para poder consumir las castañas, se pueden consumir en fresco, asadas, crudas o cocidas, pero para poder tenerlas durante todo el año era preciso sacarles el agua (secarlas), esta labor se hacía comunitariamente, en unos edificios (sequeiros) construidos para este fin, este tenía un bajo y una primera planta, en la que se depositaban las castañas y aun productos de la matanza para secarlos, con el fuego que se hacía en la planta baja y sobre todo con el humo.
Una vez secas era preciso sacarles la cáscara (puxa), esto se hacía, metiendo las castañas secas en un saco y entre dos hombres golpeaban el saco contra un tronco, esta labor se debía hacer con fuerza y los dos hombres sincronizados, de otra forma quedaría mucha (foxa) pegada a las castañas.
Estas castañas junto con la cáscara se colocaban eun apero (Bandoxo) que aun hoy día abandoxa el Sr. Xan de Vilar (un verdadero amante de todo lo que sucede y hay en Caurel, no en vano tiene un museo etnográfico que bien querrían en otros lugares). Al mover el bandoxo el viento se lleva las partes o cáscara que es mas ligera, quedando en el Bandoxo las castañas limpias. Las castañas quedan preparadas para consumirlas a lo largo de todo el año, no en vano aun hoy en algunos lugares a las patatas les llaman castañas, ya que estas eran sustituidas en casi todas las comidas por los socorridas castañas.
Ahora la Asociación Fuente do milagro recuperó esta forma de secar las castañas y todos los años se celebra una fiesta para recordar estas técnicas.
REPORTAJE COMPLETO DE A PISA DE CASTAÑAS EN FROXAN
